Pocas veces valoramos el tiempo. Casi nunca nos paramos a escuchar el silencio. Y jamás aprovechamos cada segundo como si fuera el último. Dicen que hay que estar al borde de la muerte para empezar a apreciar la vida. También dicen que el amor es tan sólo una reacción química del cuerpo y que el simple aleteo de una mariposa puede provocar un huracán al otro lado del mundo. Aparentamos ser fuertes, pero en realidad somos de lo más frágil. Queremos vivir rápido, y nos da igual morir jóvenes. Pero a veces hay que parar. Hay que saber apreciar lo bueno de las pequeñas cosas, de los detalles. Darte cuenta de si hoy ha sonreído cada vez que le mirabas, de si sólo por como te mira sabes que se fugaría contigo a cualquier lugar del mundo... Hay que saber decir "te quiero" para poder decir "te olvidaré".
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