11 jun 2011

Arriesgarlo todo sin temor a perder.

Hay veces que lo único que te apetece es que te trague la tierra, que no quieres hablar con nadie, ni hacer nada, solo quieres que nadie te mire, que nadie te hable, quieres no existir. Y sientes algo, que ni si quiera sabes si es bueno o malo, un simple cosquilleo en la tripa, quizá como si estuvieras nervioso. Te apetece marcharte, desconectar, irte a la otra punta del mundo y perderte por allí. Pasarte el día soñando despierta, pensando en nada, sencillamente soñar, mirar al cielo.. Pero luego siempre vuelves a la puta realidad...un mal día? Puede ser.

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